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Thirty-Third Sunday in Ordinary Time

Key words to keep in mind in both Sunday and Weekday Masses during November are: be ready, be watchful, be vigilant.

Now, at first glance, we most likely think we are already very ready, watchful, and vigilant

A word of caution though: We need to ask ourselves: what is the basis of my conviction and my certainty that I am ready, watchful, and vigilant?

Because our eternity depends on being sure we are doing what Jesus said, as we shall now see.

So to the degree I am trying to always be ready, watchful and vigilant, I should notice that I am more conscientious each day of doing everything I do for the love of God and neighbor, and that everything I do is bearing a greater amount of fruit each day.

The Gospel passage pinpoints the ultimate purpose of our activities. It urges us toward a responsible use of the goods the Master has entrusted to us so that we may be ready to face him when he calls us to account. I can summarize the three points to keep in mind to help us responsibly use these goods and gifts:

a. God gives each person different gifts.

The actual number and quality of our individual gifts is not the main thing to focus on. We are only asked to make full use of what we have been uniquely given, which is the same thing as saying each gift should be bearing a great amount of fruit.

b. Our work is never completed.

When the first two servants showed how much they had earned, they were not told they could sit back and rest. No, because of their trustworthiness, even greater responsibilities were given to them. Simply stated, we should never feel we did “enough.”

c. The one who will be punished is the one who does nothing.

The man with one talent did not lose it. He just did not do anything with it at all.

It is a serious warning for all of us to keep in mind each day. And that is: that it is not just those who do evil deeds who will lose out but also those who actually have no good works to show in the end.

I am convinced none of this is completely new to us. So I asked myself, why is it so hard in everyday life for us to do it?

Think about it: even with the best of intentions: we get distracted with the gifts and forget their purpose… and we forget the Giver…

As this Liturgical Year draws to a close, let’s try to focus more on our interior life. Simply stated, lets try to focus more on our interior talents for example like:

  1. by better managing the gift of the time God gives us to make it more fruitful,

  2. by fostering a deeper, more prolonged and more intimate prayer life,

  3. by dedicating more time for spiritual reading of the Bible, the lives of the Saints and their written spiritual books and,

  4. by deciding to cultivate the virtues I notice I am missing the most.

To summarize everything, to be ever ready, let us make an effort to be more vigilant to our interior life.

Taking Jesus and Mary by the hand, let us continue…

Las palabras claves a tener en cuenta tanto en la misa dominical como en la misa de los días laborables durante el mes de noviembre son: esté listo, esté atento, esté vigilante.

Ahora, a primera vista, lo más probable es que pensemos que ya estamos muy preparados, atentos y vigilantes

Sin embargo, una advertencia: debemos preguntarnos: cuál es la base de mi convicción y mi certeza de que estoy listo, atento y vigilante?

Porque nuestra eternidad depende de estar seguros de que estamos haciendo lo que dijo Jesús, como veremos ahora.

Así que en la medida en que esté tratando de estar siempre listo, atento y vigilante, debo notar que cada día soy más consciente de hacer todo lo que hago por amor a Dios y al prójimo, y que todo lo que hago está produciendo una mayor cantidad de fruta cada día.

El pasaje del Evangelio continúa mostrándonos el propósito final de nuestras actividades. Nos urge a ser más responsables de los bienes que el Maestro nos ha confiado para que estemos preparados para afrontarlo cuando nos llame a rendir cuentas. Puedo resumir los tres puntos a tener en cuenta para ayudarnos a usar de manera responsable estos bienes y regalos.

a. Dios le da a cada persona diferentes dones y regalos.

El número real y la calidad de nuestros dones individuales no es lo principal en lo que hay que centrarse. Solo se nos pide que hagamos un uso completo de lo que se nos ha dado, que es lo mismo que decir que cada dono y regalo debe producir una gran cantidad de fruto.

b. Nuestro trabajo nunca se termina.

Cuando los dos primeros sirvientes mostraron cuánto habían ganado, no se les dijo que podían sentarse y descansar. No, debido a su confiabilidad, se les asignaron responsabilidades aún mayores. En pocas palabras, nunca deberíamos sentir que hicimos “lo suficiente.”

c. El que será castigado es el que no hace nada.

El hombre con un talento no lo perdió. Él simplemente no hizo nada con eso.

Es una advertencia seria que todos debemos tener en cuenta todos los días. Y eso es: que no solo los que hacen malas acciones saldrán perdiendo, sino también aquellos que en realidad no tienen obras buenas para mostrar al final.

Estoy convencido de que nada de esto es completamente nuevo para nosotros. Entonces me pregunté, ¿por qué es tan difícil para nosotros hacerlo en la vida de cada día?

Piénselo: incluso con la mejor de las intenciones: nos distraemos con los regalos y olvidamos la razón por la que los tenemos … y nos olvidamos del Dador …

A medida que este año litúrgico llega a su fin, tratemos de enfocarnos más en nuestra vida interior. En pocas palabras, tratemos de enfocarnos más en nuestros talentos interiores, por ejemplo:

  1. administrando mejor el don del tiempo que Dios nos da para que una gran cantidad de fruta pueda ser producida,

  2. fomentando una vida de oración más profunda, más prolongada e más íntima,

  3. dedicando más tiempo a la lectura espiritual de la Biblia, la vida de los santos y sus libros espirituales escritos,

  4. decidiendo cultivar las virtudes, me doy cuenta de que no las he cultivado lo suficiente.

Para resumir todo, para estar siempre preparados, esforcémonos por estar mas atentos a nuestra vida interior.

Tomando de la mano a Jesús y María, continuemos …

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