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Third Sunday of Lent


Here is some food for thought during our Lenten journey this 2nd Week of Lent, from the Thursday Reading at daily Mass.

The readings and the psalm of today’s Mass describe “two ways.”   The first reading and the Responsorial Psalm have a vivid picture of a desert and a well-watered place.  The person who trusts in God is like a tree planted near running waters; it flourishes and bears good fruit.  The person who trusts only in this world is like a bush in the desert, parched and lifeless.   The person who trusts in God follows God’s ways, and not man’s.   He does not follow the way of sinners, but the way of the Lord.

The gospel is the story of the rich man and Lazarus.   The rich man had everything; Lazarus not only had nothing, but also the dogs licked his sores.   After the judgment, Lazarus “rests in Abraham’s bosom”; the rich man suffers torment.    Are we willing to do penance in this life for future happiness?

What the rich man was looking for in beautiful garments and sumptuous dining, he was meant to find in the beggar on his doorstep.

For every person that God puts on our path becomes the way to the fulfillment we seek.

O Lord, help us always to be open to all the unexpected ways You make Yourself present in our lives.  Amen.

Aquí tenemos alimento para nuestras almas que recomendamos durante nuestra segunda semana de Cuaresma, desde la lectura del jueves en la misa diaria.

Las lecturas y el salmo de la Misa de hoy describen “dos maneras”. La primera lectura y el Salmo responsorial tienen una imagen vívida de un desierto y un lugar bien regado. La persona que confía en Dios es como un árbol plantado cerca del agua corriente; florece y da buenos frutos. La persona que confía sólo en este mundo es como un arbusto en el desierto, árido y sin vida. La persona que confía en Dios sigue los caminos de Dios, y no los del hombre. Él no sigue el camino de los pecadores, sino el camino del Señor.

El evangelio es la historia del hombre rico y Lázaro. El hombre rico tenía todo; Lázaro no solo no tenía nada, sino que también los perros lamían sus llagas. Después del juicio, Lázaro “descansa en el seno de Abraham”; el hombre rico sufre del tormento. ¿Estamos dispuestos a hacer penitencia en esta vida por la felicidad futura?

Lo que el hombre rico buscaba con vestimentas hermosas y cenas suntuosas, era estar destinado a encontrar al mendigo en la puerta de su casa.

Por cada persona que Dios pone en nuestro camino se convierte en una manera  de alcanzar la realización que buscamos.

Oh Señor, ayúdanos siempre a estar abiertos a todas las formas inesperadas en que te haces presente en nuestras vidas. Amén.

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