Saint James challenges every one of us here in this weekend in the same way he challenged the readers of his letter over 1900 years ago. After we have just listened to the word of God in Sacred Scripture, the apostle tells us: “Humbly welcome the word that has taken root in you, with its power to save you.” And then he gives us the criterion to help us to determine if we really have welcomed it: “Act on this word. If all you do is listen to it, you are deceiving yourselves.”
There obviously must have been several people in his day who used to like to come to listen to the word of God without putting it into practice. But why did St. James say that they were lying to themselves? I think the reason is because if they were thinking that it was enough in one’s relationship with God merely to show up on the Christian Sabbath and listen to the Scriptures, they were deceived, because he wanted to change our lives. And if we come to hear the word of God without desiring to have it change our lives, to put it into action, to give full rein to its power to save us, then God tells us that we, like Christians in St. James’ day, are doubly-deceived. We’re deceived both about the purpose and the power of the word of God as well as about our dramatic need for it.
So today, the Church gives us these readings so that we ourselves might be able to reflect on whether we are true worshippers rather than those who just give Jesus lip service, doers of the word rather than idle listeners.
In conclusion, the Lord calls all of us today to worship him with our lives and not just with our lips, to do his word rather than merely listen to it and let it pass through the other ear. If we are doers of the word, then each week the word we hear will change our lives because we will immediately apply it to our lives.
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San Jaime nos desafía a cada uno de nosotros este fin de semana de la misma manera en que desafió a los lectores de su carta hace más de 1900 años. Después de que acabamos de escuchar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura, el apóstol nos dice: “Acepta humildemente la palabra que se ha arraigado en tí, con su poder para salvarte”. Y luego nos da el criterio para ayudarnos a determinar si realmente la hemos recibido bien: “Actúa sobre esta palabra. Si todo lo que haces es escucharla, te estás engañando a tí mismo “.
Obviamente debió de haber varias personas en su día que solían venir a escuchar la palabra de Dios sin ponerla en práctica. Pero, ¿por qué dijo San Jaime que se estaban mintiendo a sí mismos? Creo que la razón es porque si pensaban que era suficiente en la relación con Dios aparecer el Sábado Cristiano y escuchar las Escrituras, fueron engañados, porque él quería cambiar nuestras vidas. Y si venimos a escuchar la palabra de Dios sin desear que cambien nuestras vidas, ponerla en acción, dar rienda suelta a su poder para salvarnos, entonces Dios nos dice que nosotros, como los cristianos en el día de San Jaime, estamos doblemente engañados. Estamos engañados tanto por el propósito y el poder de la palabra de Dios como por nuestra dramática necesidad de ello.
Así que hoy, la Iglesia nos dá estas lecturas para que nosotros mismos podamos reflexionar sobre si somos verdaderos adoradores en lugar de aquellos que simplemente dan a Jesús el servicio de labios, hacedores de la palabra en lugar de oyentes ociosos.
En conclusión, el Señor nos llama hoy a todos a adorarlo con nuestras vidas y no sólo con nuestros labios, a hacer su palabra en lugar de simplemente escucharla y dejarla pasar por el otro oído. Si somos hacedores de la palabra, entonces cada semana la palabra que escuchamos cambiará nuestras vidas porque la aplicaremos inmediatamente a nuestras vidas.