This weekend we’re celebrating the Feast of the Holy Family. When we look at the Holy Family, we easily see several crucial elements about what made it holy:
a) First and foremost, they were around Jesus, the living Son of God. Every family is called to center its life around Jesus the Lord. The family that does this grows in holiness. The family that doesn’t, doesn’t.
b) Secondly, all the members of the family strived to do God’s will. Mary said, in becoming God’s mother, “Let it be done to me according to your word.” Joseph was constantly obeying God through the Angel, to take Mary as his wife, to flee with Mary and Jesus into Egypt, to return from Egypt after Herod’s death. Jesus’ whole life is a lesson in obedience. St. Luke tells us in today’s Gospel he was obedient to Mary and Joseph, growing in wisdom and understanding. He was obedient to His Heavenly Father even unto death on the Cross, saying amidst beads of bloody perspiration in the Garden, “Not my will, but thine be done.” The Holy Family was holy because it always sought to do God’s will. Every family is called to do the same.
c) Thirdly, and related to both of these, the Holy Family was holy because it prayed. We read in the Gospels that the three of them would go regularly up to the Temple on the major feasts to pray. It was obvious that they also prayed a great deal at home, because when Jesus was caught among the teachers in the Temple at 12, he was already capable of amazing them with his questions. Jesus became familiar with the Sacred Scriptures according to his humanity, because both Mary and Joseph taught him Hebrew, like all Jews, by reading Sacred Scripture and meditating upon it with him. Similarly any family that wants to be holy, that wants to be what God calls it to be, has to pray, both going up to the temple as a family and then at home, from the earliest days.
May Our Lord bless all our families and help our families by blessing them and helping them imitate the Holy Family. Amen.
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Este fin de semana estamos celebrando la fiesta de la Sagrada Familia. Cuando miramos a la Sagrada Familia, vemos fácilmente varios elementos cruciales acerca de lo que la hizo santa:
a) En primer lugar, estaban alrededor de Jesús, el Hijo viviente de Dios. Cada familia es llamada a centrar su vida alrededor de Jesús, el Señor. La familia que hace ésto crece en santidad. La familia que no lo hace, no.
b) En segundo lugar, todos los miembros de la familia se esforzaron por hacer la voluntad de Dios. María dijo, al convertirse en la madre de Dios, “hágase en mí según tu palabra”. José obedecía constantemente a Dios a través del ángel, para tomar a María como su esposa, para huir con María y Jesús a Egipto, para regresar de Egipto, después de la muerte de Herodes. La vida entera de Jesús es una lección de obediencia. San Lucas nos dice en el Evangelio de hoy que él fue obediente a María y José, creciendo en sabiduría y comprensión. Él fue obediente a su Padre Celestial hasta la muerte en la Cruz, diciendo en medio de las gotas de sudor sangriento en el Jardín: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”. La Sagrada Familia era santa porque siempre buscaba hacer la voluntad de Dios. Cada familia está llamada a hacer lo mismo.
c) En tercer lugar, y relacionado con ambos, la Sagrada Familia era santa porque oraba. Leemos en los evangelios que los tres iban regularmente al templo en las fiestas principales para orar. Era obvio que también oraban mucho en casa, porque cuando Jesús fue atrapado entre los maestros en el Templo a los 12 años, ya era capaz de asombrarlos con sus preguntas. Jesús se familiarizó con las Sagradas Escrituras según su humanidad, porque tanto María como José le enseñaron hebreo, como a todos los judíos, al leer las Sagradas Escrituras y meditar con él. De manera similar, cualquier familia que quiera ser santa, que quiera ser lo que Dios dice que tiene que ser, tiene que orar en el templo como familia y luego en casa, desde los primeros días.
Que Nuestro Señor bendiga a todas nuestras familias y ayude a nuestras familias bendiciéndolos y ayudándolos a imitar a la Sagrada Familia. Amén.
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